Cuaderno de Notas

El destino de este año me llevó hasta Malasia, una ruta que apenas había planificado pero tan sólo su nombre me evocaba nuevas experiencias viajeras. En un momento en el que apenas había tenido tiempo para detenerme a recabar datos, confiaba, tras la lectura del primer libro de viajes de Lonely Planet por el Sudeste de Asia “en cholas” (llamado comúnmente por los mochileros “la Biblia Amarilla”), que había llegado a mis manos, por casualidad, en Bali (en 1.987), y las informaciones obtenidas de varios reportajes televisivos que había visto en TVE2, que podría obtener un exquisito aprendizaje visitando este país.
Malasia me hacía pensar en playas perdidas, montañas verdes y selváticas, enormes Orangutanes e Islam radical.
Y antes de alcanzar el sur del continente asiático quise pasar unos pocos días en Singapur y deambular nuevamente por sus calles, aprovechando que había conseguido un vuelo algo económico (136.000 ptas.) con Lufthansa.