Kuala Lipis

03/10 - No pude seguir viajando más al norte porque me encontraba cerca de la frontera con Tailandia, por lo que había llegado el momento de cambiar el rumbo y pasar al interior del país. El tren partía demasiado temprano por lo que preferí coger la guagua que sale desde la Estación External y que me llevaría a K.L., pero tras un corto recorrido en busca de más viajeros se estropeó, teniendo que esperar por otro, más pequeño, para salir a las 10 de la mañana. Fueron 5 horas de incertidumbre pues ésta también parecía que se pudiera romper, ya que estábamos “enlatados” en su interior más pasajeros de lo permitido, era más vieja y recorríamos una carretera llena de curvas en una región muy boscosa y solitaria. Nada más llegar a este pequeño pueblo, situado en la confluencia de los ríos Lipis y Jerai, se descubre su interesante pasado colonial. En 1.887 fue centro de actividad minera (oro) antes que los británicos llegaran En el interior del pueblo destaca el centro o parte antigua, que corresponde al caótico distrito comercial chino, con algunas muy hermosamente elaboradas edificaciones coloniales, construidas a principio del s.XX y que actualmente corresponden a las tiendas comerciales alineadas a lo largo de la calle principal de la ciudad. Pero ahora, desgraciadamente, las nuevas construcciones están cambiando el paisaje. El hostal Appu´s Guest House (12R), donde me quedaba, es bastante antiguo, maltratado, situado en una estrechita calle, algo sucia, y en sus bajos varios restaurantes familiares expanden sus intensos olores a diferentes comidas hecha en la calle. Aquí he comido los mejores noodles (sopa de fideo) de mi vida. A través de la ventana de mi habitación, diariamente, se colaba una musiquilla china que provenía de alguna de las casas vecinas y relajaba armoniosamente el ambiente En las colinas boscosas circundantes se encuentra un bellísimo edificio colonial neoclásico, el District Office (1.919), de exquisita y refinada arquitectura. He parado aquí en mi ruta hacia el Parque Nacional Taman Negara para intentar juntarme a algún grupito de caminantes que habitualmente realizan un interesante trecking guiado de tres o cuatro días por el interior del Parque Estatal Kenong Rimba. Pero ya han partido, y he de esperar algunos días más sin tener confirmado la posibilidad de realizarlo. Éste comienza con un corto trayecto en tren hasta Batu Sembilán, y desde allí, en canoa (15R/pers.) hasta Tanjung Kiara mas treinta minutos caminando hasta la entrada del Parque. Se pueden explorar cuevas y recorrer sinuosos senderos a través del bosque tropical húmedo y áridas montañas, del río Kenong, o de los verdísimos montes; admirar las Secuoyas (enormes árboles), Pinos, Eucaliptos, Raflesias gigantes (flores de cinco pétalos con un diámetro superior a los 106 cm y un peso mayor a los 10kg), Rododendros, Líquenes colgantes, Musgos verdes y dorados, Plataneras salvajes, o animales como Macacos, Gibones de manos blancas subidos a los árboles, los nocturnos Tapires, Ciervos, Jabalíes, Cerdos salvajes, Pangolines, Ardillas gigantes y muchas aves, realizar algunas pequeñas escaladas, acceder a varias cascadas o pasar a través de puentes colgantes. Aunque todo pueda depender del tiempo y sus lluvias. Es posible pernoctar en cabañas de bambú o chalets de madera, aunque éstas no son tan rústicas. Por lo tanto, en vista de que no iba a poder “treckear”, y como única opción durante unos días, realicé varias caminatas por los alrededores a la espera de noticias del próximo pateo. Muchísimos arrozales, gente labrando la tierra con búfalos de agua o transportando con balancines a sus espaldas el líquido elemento en cubos para sus riegos, conjunto de viviendas tradicionales y el paisaje más habitual de esta zona. De los antiguos pobladores, las tribus indígenas, constituyen poco menos del 0,5% de la población de la Federación Malaya y se les anima a instalarse en asentamientos, pero muchos prefieren aún vivir en sus cabañas de bambú entre los bosques.