Khota Bharu

30/09 - Siguiendo mi ruta hacia el N acabé en esta relajada “capital islámica” del estado de Kelatan, custodio de la cultura malaya, en el extremo nordeste de la península, a orillas del río Kelatan.
Buscando donde hospedarme en esta ciudad tuve que caminar casi 2km hasta encontrar un hostal económico (Jonhty’s G.H.) que lo llevan unos pibitos malayos bastante jóvenes que desconocen lo que significa “limpieza”. Es hasta ahora lo más sucio que me he encontrado en este país, aunque tienen un pequeño jardín, un recibidor con TV, Video, aparato musical y acuden muchos mochileros, por lo que el intercambio de información es habitual. He pagado alrededor de 300ptas por una habitación compartida de 3 literas, pero como no hubo gente, dormí yo solo. La ciudad es una caca, y su nuevo mercado central es considerado de los más coloridos y activo del país, pues es un moderno edificio octogonal donde los comerciantes venden sus productos frescos en la planta baja, y cestería y cientos de otros productos diferentes en la planta superior. El viejo mercado central, un denigrante edificio, es sucio, donde los puesteros exponen sus mercancías entre cantidad de cucarachas y algunas que otras sucias ratas en la planta baja y en la primera las tienditas venden batiks, songket, trajes y objetos para regalos como caretas, figuras de madera, objetos de metal y joyería. Pero el verdadero sentido de llegar hasta esta ciudad, es comer en su famoso Mercado Nocturno, muy cerca de la estación central de bus. Todas las tardes, entre las 7:00 y 7:45, cuando el sol cae, multitud de puestos ambulantes (muchos son carros) llenan una gran plaza, ofreciendo los platos más refinados y exóticos del país recién cocinados, y no hay que gastar mucho dinero para saborear sus auténticas delicias: Laksa, Nasi Kerabu, Nasi Lemak, Satay de pollo, cordero o pescado, Ayam Percik, Rojak, Murtabak, Gado gado, Mee goreng... De momento no ha habido extranjeros interesados en realizar algún trecking por la zona, pues quería hacer un crucero por el río hasta la selva y luego caminarla (3 días/2 noches/200R) donde 100 millones de años han hecho maravillas paisajísticas, por lo que tuve que moverme yo solo e improvisar algún pateo cercano a la espera de encontrar gente para formar un grupo. Uno de los días me levanté a las 6 de la mañana para realizar una interesante ruta de un día completo, cogiendo el bus hasta Kuala Krai, atravesando diferentes paisajes de bosque húmedo primario y espectaculares cascadas, luego una canoa para navegar por el río Kelantan hasta Dunguin (2h.), a través de una densa jungla, y bajar en tren, que ofrece unas magníficas vistas, atravesándola nuevamente, al igual que por un territorio aborigen (3h), hasta Kota Bharu. Otro día fui en guagua hasta Chabang Empat y caminando 3,5km atravesé interesantes poblados y arrozales llegando al templo budista Wat Phothivihan en Kampung Jambu, que contiene un Buda Reclinado de 40mt de largo, uno de los más grandes del Sud-este de Asia, construido en 1.973, en una región dotada de gran influencia de estilo Thai en sus construcciones. En Lalok, al sur de Kuala Krai, se encuentran las cascadas Lata Beringin, que según dicen los lugareños es la más alta en el sudeste de Asia (120m). Y para relajarme: Observar los barcos de vivos colores en Pantai Dasar Sabak (14km) que después de las 14:30, cuando los pescadores están regresando a la costa con sus capturas del día, también se hace imprescindible; o visitar centros de artesanía de plata, orfebrería, alfarería, tallas en madera, fábricas de diferentes tejidos de batik, fabricantes de cometas, de marionetas tradicionales del teatro de sombras (Wayang Kulit) que la hacen con piel de búfalo y representan personajes de leyendas hindúes; asistir a bailes tradicionales, representaciones de sombras chinescas, escuchar tambores gigantes con rítmica armonía, o pasear en coloridos trishaws por la ciudad. En ceremonias y bodas es posible ver las Artes marciales Mira (Pencak Silat), con acompañamiento de tambores y gong, que más que una técnica de defensa personal parece un refinado y estilizado baile. He cambiado de hotel porque no aguantaba tantos mosquitos deleitándose a costa de mi sangre y no me habían dejado apenas dormir. Pasé a otro mucho mejor (unas 500ptas) cerca de la estación de bus y del mercado nocturno, donde continuaba todas las noches cenando “a lo grande”. Durante varios días estuve resfriado y tomando Amoxicilina esperando que no se complicara para continuar viajando sin impedimentos.